Historia
El Doctor D. Carlos Jiménez Díaz lleva desde el año 1927 en Madrid, como Catedrático de Patología Médica en la Facultad de Medicina de Atocha. Su idea de unir la investigación con la clínica ha podido llegar a plasmarse en realidad al crearse, con la ayuda de un grupo de financieros filantrópicos, el Instituto de Investigaciones Médicas, situado en el Pabellón nº 1 de la Facultad de Medicina en la Ciudad Universitaria, adscrito a la Cátedra del Profesor Jiménez Díaz. Se inaugura el martes 13 febrero de 1935, de ahí la fiesta de la Clínica. Los doctores, Barreda, Ochoa, Castro, Arjona, Miñón, Vivanco, Villasante, Parra, Alés, Paniagua y Morales, son algunos de los que componen este primer grupo de colaboradores.
Coincide esta creación con años tempestuosos de guerra civil en España, que trastocan todos los proyectos y retrasan el de Jiménez Díaz. Tiene que terminar la guerra, volver las cosas a su cauce y a finales de 1939, de nuevo se inicia el trabajo de investigación en el Instituto de Investigaciones Clínicas y Médicas en un hotel que un grupo de médicos, con Don Carlos, alquila en la calle Granada de Madrid.
Después su traslado al Pabellón nº 2 de la Facultad de Medicina en la Ciudad Universitaria. Son los años 40, y todo este trabajo ilusionado de Jiménez Díaz y su grupo rinde frutos importantes; se describe el latirismo; se utilizan las mostazas nitrogenadas en el tratamiento reumatoide; se define la enfermedad autoinmune, etc. Mucha gente se ha incorporado a la clínica de Don Carlos, Lorente, Lara, Albert, Bañón, Grande, Linazasoro, Marina, Pariades, Sentí, Fernández Criado, Leoz, Puente, Boixadós, Orbaneja, Masjuán, Arias..... Seguro que faltan nombres, otros se añadirán más adelante con el tiempo.
Pasan los años y comienza la década de los 50 en la que la ilusión de Jiménez Díaz sigue adelante, buscando encontrar un sitio donde pueda simultanearse la asistencia, la docencia y la investigación.
Una circunstancia coyuntural favorecida por el entonces Ministro de la Gobernación, de quién dependía la Dirección General de Sanidad D. Blas Pérez, que sugirió al Jefe del Estado Francisco Franco que el antiguo Instituto Rubio pueda unirse al Instituto de Investigaciones Medicas y con una pequeña dotación económica, se inicie la creación de la Clínica de la Concepción. El Sector Quirúrgico llevará desde entonces el nombre de Federico Rubio.
Por entonces el Patronato del Instituto Rubio estaba formado por los Profesores Bertrán, Carro, Landete, Leoz, Montau, Rodríguez Zúñiga, Valle, López Dóriga y un biznieto de D. Federico, el Sr. Reixa Garcia del Busto.
Es lo que Jiménez Díaz había soñado, una medicina integrada donde se atienda tanto enfermos privados, como de la Seguridad Social; un sitio donde se pueda trabajar en dedicación exclusiva; un lugar donde los laboratorios de Investigación clínica y médica sean receptores de los problemas que se plantean a la cabecera del enfermo para trasladándolos a esos laboratorios, poder tratar de esclarecer etiologías, causas, terapéuticas, etc.
Tras muchas dificultades, el 1 de Junio de 1955, se inaugura la Clínica de la Concepción con 120 camas y un grupo de médicos y personal sanitario ilusionados por un futuro esperanzador. Desde ese primer momento se establece, con el entonces Instituto Nacional de Previsión, un Concierto para atender enfermos de la Seguridad Social.
A la primera promoción de médicos que rodearon a Jiménez Díaz antes e inmediatamente de la guerra civil, se incorporaron en esos años de 1955 y posteriores un grupo de médicos jóvenes formados en diferentes países: Horacio Oliva, Luis Hernando, Pedro Rábago, Mariano Jiménez Casado, José Antonio Sánchez Martín, Rafael Ortega, Gregorio Rábago, José Sanchez Fayos, Joaquín Serrano, Alfonso Merchante, Fernandez Lahoz, Pedro Fernández del Vallado López, ... Quizás falten nombres, pero todos ellos son jóvenes de la Concepción para incorporar nuevas técnicas. Se hacen los primeros transplantes de riñón; se realiza por primera vez en España una operación a corazón abierto con circulación extracorpórea, se inaugura un Banco de Sangre; se establece la terapéutica de los procesos con disturbios electrolíticos, se inicia la Nefrología, se abren nuevos caminos en la Hematología; se profundiza en los diagnósticos anatomopatológicos, se realizan los primeros cateterismos cardíacos por punción transauricular, se monta la bomba de cobalto, se inician los diagnósticos por isótopos, en fin, una serie de nuevos métodos, tanto de diagnóstico, como de investigación o terapéutica, son incorporados a través de la Clínica de la Concepción.
Tras la inauguración de la Clínica, Jiménez Díaz trata de cumplir su segundo sueño: que los estudiantes de Medicina pudieran estudiar en la Clínica, y así, durante cuatro cursos, de 1956 a 1960, un grupo pequeño de estudiantes pertenecientes a la Universidad Complutense, son enseñados en la Fundación Jiménez Díaz. Pero problemas de competencias con el Claustro Complutense, hacen que Don Carlos decida, al cabo de cuatro años, interrumpir la enseñanza directa de los estudiantes en la Clínica de la Concepción. Se dedica entonces, en los sesenta, a realizar los primeros programas de enseñanza para Médicos Internos Residentes. Se configura así, la enseñanza de postgraduados en casi todas las especialidades de la Clínica de la Concepción. Será ese mismo sistema el que se implante en España con carácter nacional para todos los hospitales docentes, a partir del año 1970.
Durante todos estos años y hasta 1978 se van ampliando y añadiendo nuevas edificaciones a la inicial, sé amplio el Instituto de Investigaciones Clínicas y Médicas; y se hizo un nuevo Sanatorio para los enfermos privados.
En el año 1963, a instancias de los médicos de la Fundación, se solicita la unificación del Instituto de Investigaciones Médicas, la Clínica de la Concepción y la Asociación Protectora de la Cátedra del Profesor Jiménez Díaz, con un único organismo que se pide sea constituido como Fundación Jiménez Díaz; lo que por Decreto del 27 de junio de 1963 queda establecido.
En 1967 muere Don Carlos Jiménez Díaz, viendo ya consolidada su Fundación. Le sucede en la Dirección de la Fundación el Dr. Eloy López García.Tres años más tarde de la muerte de Jiménez Díaz y sin que él llegara a verlo, la Fundación se integra en la nueva Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, convirtiéndose por tanto, en Hospital Universitario con enseñanza teórica y práctica. El sueño de Jiménez Díaz quedaba así cumplido.
En 2003 se incorpora a la compañía, la Fundación Jiménez Díaz, un hospital pionero con más de 75 años de historia en Madrid.
En 2005 el Grupo IDC se incorpora a Capio, compañía sueca líder en asistencia y gestión sanitaria con presencia en 8 países y más de 16.000 trabajadores.
La Evolución positiva en resultados asistenciales y económicos de la Fundación Jiménez Díaz hace que en 2008 pase a ser un hospital de referencia para más de 400.000 madrileños. En 2008, los centros de atención especializada de Pontones y Quintana son adscritos a capio Fundación Jiménez Díaz.
Desde esa fecha, la Fundación Jiménez Díaz ha ido creciendo y desarrollándose, evolucionando junto a la sociedad, para destacar en sus tres áreas de trabajo: asistencia, docencia e investigación.